Y al final pasó: no recuerdo como escribir.
Quizá las circunstancias, las preocupaciones, las inseguridades, los últimos acontecimientos, que, rápida y dolorosamente, llegaron a mi vida de una madrugada a otra. Tal vez nunca supe como escribir bien, o simplemente aquel talento o inquietud no me fue otorgado como había asegurado miles de veces en este mismo espacio. No lo sé. No quiero saberlo tampoco porque la certeza solo causaría un dolor aun mayor a los otros.
Puedo escribir, y no caer en el intento, que el amor me mantiene de pie. El amor mantuvo mis sentidos alerta y aun respiro gracias a el. Aun estiro los dedos buscando la superficie y no morir asfixiado mientras la veo sumergirse para rescatarme de la fatalidad, de las palabras duras, del ahogo de la inconsciencia, de “lo correcto”, del “respeto”. Aun siento la inquietud, pero sé, maldita sea, me ha abandonado, me ha dejado para irse con mis sueños de escritor adolescente, de poeta clandestino y eterno enamorado. Y quiero gritar, pero no las palabras no salen; y quiero llorar, pero las lágrimas ya secaron; y quiero escribir, pero las letras me abandonaron.
Y al final pasó ¿verdad???... soy victima de la fatalidad… ¿ahora qué??... ¿ahora qué hago?
Quizá las circunstancias, las preocupaciones, las inseguridades, los últimos acontecimientos, que, rápida y dolorosamente, llegaron a mi vida de una madrugada a otra. Tal vez nunca supe como escribir bien, o simplemente aquel talento o inquietud no me fue otorgado como había asegurado miles de veces en este mismo espacio. No lo sé. No quiero saberlo tampoco porque la certeza solo causaría un dolor aun mayor a los otros.
Puedo escribir, y no caer en el intento, que el amor me mantiene de pie. El amor mantuvo mis sentidos alerta y aun respiro gracias a el. Aun estiro los dedos buscando la superficie y no morir asfixiado mientras la veo sumergirse para rescatarme de la fatalidad, de las palabras duras, del ahogo de la inconsciencia, de “lo correcto”, del “respeto”. Aun siento la inquietud, pero sé, maldita sea, me ha abandonado, me ha dejado para irse con mis sueños de escritor adolescente, de poeta clandestino y eterno enamorado. Y quiero gritar, pero no las palabras no salen; y quiero llorar, pero las lágrimas ya secaron; y quiero escribir, pero las letras me abandonaron.
Y al final pasó ¿verdad???... soy victima de la fatalidad… ¿ahora qué??... ¿ahora qué hago?