Pereza (En latín, acedia)
''Ahora es preciso que te despereces —dijo el maestro—, pues que andando en plumas no se consigue fama, ni entre colchas''. Dante Alighieri en la Divina Comedia.
El cielo me está mirando. Es de noche, no hay estrellas. La
luna ha desaparecido.
¿Alguna vez me escuchaste quejando? ¿Alguna vez fui a
buscarte para pedir ayuda? Si acaso moría disfrutaba de la resurrección. Si
acaso caía lloraba en silencio y seguía adelante.
Cómo puedo entonces sentirme
culpable o triste o solo si cuando salí a buscar vida no lo hice por necesidad ni
nostalgia, sino porque quería hacerlo, porque esa mañana o tarde o noche no se
me ocurrió más que recordar que respiro y me tengo una deuda pendiente. Qué
importa si olvidé las tareas, si las dejé de lado, si dediqué tiempo a dormir y
ver animes. ¿Acaso fui a buscarte para pedir consuelo? ¿Acaso alce mi voz para que
la escucharas?
No hay nadie en casa. Mamá se fue. Papá no volverá.
Parece que estar solo esta bien.
Un cigarro, música y mis pensamientos.
Una
copa de ron con Coca-Cola, y millones de imágenes que vuelan sobre mis ojos mientras
se hacen con la ternura que sentí y perdí los años en los que enamorado anduve.
Las metas que tracé y los trabajos que acepté. Fotografías que no buscaré y
llamadas que no haré
El teléfono que no sonó.
Esa maldita dulzura clavada en
el corazón.
El rechazo.
Las líneas que no crucé. La casa que no compraré. Los
libros que nunca leeré. Los saludos que
me guardé.
Los besos que nunca di. Los viajes que viví en sueños que nunca recordaré.
La bilis en la garganta. Las palabras que sobran.
Los te amo que no escupí. Los
años de rechazo.
La desgana. El conformismo. La mierda al cuadrado.
La basura que
no saqué. La cama que no tendí.
Los ejercicios que no hice. Las palabras que no
dije.
Los amigos que perdí. Las fiestas que no fui. Los abrazos que no pedí.
La
guerra que nunca combatí. Las mierdas que me guarde. El dinero que no gané.
Los
zapatos que nunca me compré.
Las lagrimas que no deje escapar. El sexo que no
tuve.
El odio, la pereza, la transparencia y la hipocresía. La monotonía y la manía.
Las heridas y las puñaladas.
Mamá despidiendo a papá. Yo, debajo de la cama, golpeando
el piso con la cabeza.
Las metas que no llegué.
La maldita noche sin la maldita
luna. Y con todo, acaso alguna vez me fui a quejar contigo.
5 comentarios:
Leerte es encontrarte. Sentir tu presencia en cada palabra no escogida al azar. Me ha encantado. ;)
Muchas gracias. Escribir es encontrarse con una parte de si mismo.
un poeta con todas las letras...
me largo una sensacion de angustia y nostalgia al leer las palabras
desde ahora en mas te sigo
... el sonido del silencio...
Ay Alex, cuanto siento no poder mantener el contacto tanto como me gustaria... tengo tantas y tantas cosas de las que me gustaría que formaras parte con el mero hecho de leerlas... pero ya solo soy una esclava del tiempo... y aún así ojalá volvamos a hablar alguna vez a las tres de la madrugada, lo cierto es que me acuerdo de vez en cuando, también pienso en este sitio, en los recuerdos que he dejado y aquí me ves, volviendo una vez más. Realmente no soy de ese o,oo1% pero casi, ya que el facebook no lo uso casi y solo tengo fotografías de hace unos años pero me gustaria que lo tuvieras para poder hablar cualquier día acabo de agregarte, he entrado para ver si estaba tu invitación. y en cuanto al otro comentario lo he borrado sin querer, era una sintesis de esete, ya no controlo estos lugares...
Un abrazo Alex, me ha encantado que me recordaras, recordarte.
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