miércoles, junio 19, 2013

Sueños de verano (II)



El final estaba cerca y yo era consciente que nada podía solucionarse. Salí de mi cuarto para buscarla. Recorrí los pasillos y estancias, desesperada, hasta que llegué al desván: estaba ahí, sola, sobre un sillón antiguo que papá guardaba desde que era pequeña. Se veia bella, como antes. Me detuve en la puerta mirándola por unos momentos mientras recordaba cómo era en el momento en que la perdí. No había cambiado. Antes de acercarme busqué entre sus rasgos alguna señal de desprecio. No obtuve respuesta:  su mirada se perdía en el horizonte mientras que la mía se fijaba con fiereza y ternura en la cegadora luz que Blanca, mi amiga, irradiaba.
-Tu eres la única que me entiende, por eso no temo ahora ser poseída por la desgracia. Siempre que estés a mi lado todo estará bien. Dime, ¿cómo darle forma a la razón cuando su esencia se ha perdido? Sabes, el tiempo es traidor y manipulador de emociones y recuerdos, menos mal que nadie nos hará daño mientras estemos juntas.
'Recuerdas cuando queríamos ser mariposas y volar a lo más alto del mundo, sabiéndonos hermosas y, aunque efímeras en vida, eternas en espíritu. Hubiera sido nuestro sueño cumplido de no ser por mamá que nos agarró antes de intentarlo. Desde ese momento nos tuvo vigiladas. Decía que era peligroso, que podía hacerme daño si volaba, pero cómo podía saberlo si nunca lo había intentado. Mamá nos amaba, Blanca, solo que tenía miedo. El miedo está mal, lo sé. Dejemos de pensar en eso, solo es un recuerdo, olvidado y enterrado. 
'Deja de mirar hacia allá, Blanca, sabes que siempre seguirá pasando esa sombra que nos atormenta y nos quiere manipular con su sonrisa. Sabes que es el destino disfrazado de asesino. No lo llames. No digas nada que tal vez así no note nuestra presencia. 
 'A veces me sumerjo en mis pensamientos buscando una vida distinta. Construyo un mundo donde todos los días vivimos una aventura nueva. Los lugares que veo en él son maravillosos. Y a pesar que mantengo una lucha constante entre la realidad y la fantasía, que se desdibuja día a día ante mis ojos, me mantengo firme.
'Recuerdas las lágrimas derramadas en los años en que mami intentaba ocultarnos de los demás. Recuerdas como nosotras nos escabullimos más de una vez, entre sus piernas, para hacernos notar, y cómo papá salía a defendernos. Al final nos dejó salir. Entonces aprendimos a ver a los mayores sin que mamá se asustara.
 'Recuerdas los años que pasamos jugando a la casita, a la cocinita, a la enfermera, a ser superheroinas y a salvar a papi de los malvados que acechaban la casa todos los fines de semana y que aseguraban quererme luego que aplastaban fuertemente mis mejillas, Si aquellos señores que quisieron llevarte, Blanca querida, pero que no pudieron porque lloré tanto y tan fuerte que logré espantarlos. No permitiría que te llevaran, que me alejaran de ti. Eras mi mejor amiga.
'¡Vaya, cuantas aventuras hemos vivido!'
Pienso en ello hasta que, de pronto, mi vista se nubla, etnonces me desbordo en una incontrolable mezcla de sentimientos. Blanca parece sonreír, parece llorar. Su mirada no se mueve del horizonte, del vacío. Hace tiempo que no me habla. Creo que me ha olvidado. 

-Perdoname, por favor. Perdoname, por lo que más quieras. No quise dejarte. Si, fui debil. Pero luché por ti, solo que fueron más fuertes que yo.
De súbito, me entrego a la pena y lloro con ella, sabiendo que le hice daño por no ser normal como mami deseaba. Y en el silencio la meso mientras mi amiga parece suspirar profundamente. 
Me voy a despojar de todo aquello que me hace daño, le digo. 
Siento mi corazón acelerarse.
Sabía que era el momento de un cambio.

Cierro los ojos y los de ella.

Parece hablar en sueños, en una especie de delirio.

Observo de nuevo.

Me puse de pie sosteniendome del brazo del sillón. Caminé seis pasos hacia la ventana y lanzo a Blanca destrozando los cristales.  Allí, entonces, en el húmedo asfalto, Blanca, mi amiga, se rompe en mil pedazos.