sábado, abril 23, 2011

Mundo Surreal





Mis amigos más cercanos conocen muy bien mi fanatismo por el cine y la música. Saben que tengo una colección personal de distintos géneros cinematográficos y musicales. Aunque, claro, como buen melómano que se respeta, tengo mis favoritos. En orden colocaría al Rock –en cualquier rama: punk, hardcore, alternativo…-, Reggae y, por último, Pop. En el caso del celuloide las de acción se ubicarían en la cima de mis preferencias. Cabe mencionar que existe discrepancia entre algunos cinéfilos que señalan que el género de acción es uno solo y es estúpido meterlos en el mismo saco con las entregas de corte Épico o Western. Dicho esto, una película en especial superó mis expectativas alcanzando un alto nivel en ambas ambiciones, por llamarlo de alguna manera. Estoy hablando de la recientemente estrenada 'Sucker Punch: mundo surreal'.

No solo por la genialidad de sus realizadores, comandados por Zack Snyder, quien antes nos había traído '300' y, para mi criterio el mejor film de superhéroes, 'Watchmen', sino por el impecable trabajo visual que nos entregan, llevándonos a un mundo, efectivamente, surreal donde la imaginación y la lucha constante en pos de la libertad juegan un papel transcendental. Sucker Punch nos conduce a no solo una sino dos y tres realidades paralelas que confabulan en conjunto para realizar la soñada tarea de cumplir con las ambiciones. Entonces vemos a una Emily
Browning –con el papel de la protagonista Baby Doll- luchando contra dragones, orcos, soldados zombies y demás criaturas fantásticas en ese tercer mundo que obliga a cobrar vida para sobrevivir a su segunda realidad: un prostíbulo en que es obligada a participar como bailarina. Sin embargo, como ya lo había señalado, es el segundo y tercer mundo creado por la mente de Baby Doll, apodada así al introducirse en aquellas realidades, como escape alterno a la primera realidad: ella en un manicomio. Luchando, por lo tanto, con tres mundos coexistiendo nuestra heroína encuentra la única manera de sobrevivir al caos: nunca rindiéndose.

En Sucker Punch vemos rostros conocidos y actuaciones que aprueban por encima de las expectativas. Pero es, para mi criterio, la intervención de Vanessa Hudgens la gran sorpresa del film. En su papel logra desprenderse por completo de la tierna y dulce Gabriella Montez del film de Disney ‘High School Musical’ para abrirle campo a la sensual y aguerrida Blondie. La vemos no solo repartiendo golpes, sablazos y matando con armas de última generación al buen estilo de Milla Jovovich y su eterna Alice de ‘Resident Evil’ a diestra y siniestra, sino también ese crecimiento actoral que sus fans –ahora ya no menores- han estado esperando. Vanessa, sin duda alguna, dejó a la adolescente para ser la atractiva mujer en la que se ha convertido.




(Gabriella Montez)

(Blondie)



Mención aparte merecen las inseparables compañeras de Baby Doll y Blondie, Sweet Pea – Abbie Cornish-, Rocket– Jena Malone – y Amber– Jaime Chung -, por el importante papel que juegan a lo largo de la entrega y esas escenas de acción y drama en las que sus personajes logran toda nuestra atención.

Así como la trama y la propuesta visual que ofrece la película es espectacular, la música ocupa un cargo igual de importante. Es más, Baby Doll consigue transportarse a ese tercer mundo de guerra y libertad gracias a la influencia de la música por lo que separarla de la aventura, el drama y la pasión que desarrolla sería imposible. Todos cumplen su función. Covers de The Beatles, Roxy Music, Eurythmics, y otros artistas y temas un tanto olvidados, son adaptados a diversos estilos para lograr encajarlos conforme exija la escena.





‘Sucker Punch: Mundo Surreal’, una película imperdible, que asegura a la salida de la sala del cine el corazón latiendo a mil por hora. No se arrepentirán.

sábado, abril 16, 2011

Premio Beso de Oro

Mamá, desde pequeño, me convenció, con argumentos irrefutables, que bello soy pero que el pelo largo me hace ver la cabeza un poco más grande. Esta seguridad fue certificada por dos o tres chicas con las que salí cuando tuve edad para ir solo al cine. Mamá no estaba equivocada, después de todo. Resulta que quien se siente -y se sabe- bonito, va por la vida con una luz más radiante que quienes se sienten -y se saben- menos agraciados, menos bonitos, o sea. Ergo, iba a la escuela con la seguridad que me levantaría a cualquier niña que quisiera, a la profesora si se me antojaba, que el dilema de la edad solo seria un problema menor, una mentira de los envidiosos. Entonces las cosas en verdad se ponían fáciles. No fue hasta que cumplí dieciséis años cuando una compañera del Carmelitas, Valeria, quien, dicho sea de paso, despertaba en mí una curiosidad animal, quizá su perfume o eso que hacia con la boca con el pico de la botella cuando tomaba coca-cola, razonó: tu cabeza no concuerda con tu cuerpo. Desde entonces aprendí: "La belleza se lleva por dentro". Valeria me enseñó mucho esa mañana. Lastima, joder, cómo dolió. Gracias Madame Milagros por el premio. Aquí mi frase: "Solo consigo entender las cosas fáciles luego de que me enredo con las complicadas.", Jean Ure.

martes, abril 05, 2011

Una escritora especial



A Juana, por ser mi madre cuando más lo necesitaba.


Probablemente no hubiera decidido entrar en la batalla por ser escritor si no hubiera escuchado los interminables sermones que mamá nos daba por ir en busca de nuestros sueños, aunque estos parezcan imposibles, aunque el camino sea muy oscuro. Su voz aliento y sus ánimos por ver siempre a todos felices me dieron el coraje que se necesita para emprender la lucha, para esgrimir los sables que llegaban uno tras otro cuando leía en voz alta un poema o una historia. Sin ese ‘no te rindas’, hace tiempo hubiera dejado de intentarlo. Ahora mis ficciones estarían en algún apartado, olvidados y empolvados por el paso de los años.


Mi mamá siempre me dijo que buscara la forma de lograrlo. Por ello, hace 100 entradas, decidí crear un blog. Sabía que tiempo no me alcanzaría para publicar constantemente, para compartir todo lo que dentro de mi mente se esconde, pero que seria una alternativa al anonimato. He tenido caídas, subidas. He acertado y he fallado. Escribo desde que recuerdo. Hoy, con 21 años, presiento que recién empiezo. La lucha es diaria. Sin embargo, es tiempo de presentar a quien me inspiró, a quien nunca me abandonó, a quien me ha leído desde que escribía aventuras y travesías por el mundo y el universo para prolongar, de esa manera, los juegos que inventaba de niño. Hoy se lo dedico a mamá. Una escritora de raza que dejó sus cuadernos a un lado para ser madre, esposa y profesional. Gracias por nunca rendirte, mamá, ante las causas perdidas.

Papá yacía enfermo. Le habían detectado cáncer de páncreas en fase terminal. Los doctores nos habían asegurado que le quedaba poco más de un mes de vida. Mamá se cargó al hombro la enfermedad de papá y renunció a su trabajo y a su vida solo para cuidarlo. Papá falleció dos meses y una semana luego de las predicciones insensibles de los doctores. Le dimos calidad de vida. Lo amamos. Pero está mujer, mi madre, le dio algo más.


Dos semanas antes de la partida de papá, la entrevisté.


-¿A qué edad descubriste que tienes habilidad para escribir?

Lo descubrí desde que era una niña. Tenía trece o catorce años cuando un buen día comencé a imaginar cómo seria la vida de un personaje que creé. De ahí me di cuenta que tenia mucha fantasía. A mis compañeras de colegio les hacia poemas, acrósticos y cartas para sus enamorados.

-¿Qué es lo que te inspiraba?

Me inspiraba mucho los momentos, lo que me sucedía. No tuve una infancia muy feliz que digamos y por eso siempre me apoyé de las ficciones, me gustaba mucho hacerlo. Es mas, escribía novelas en relación a cómo me gustaría que sea mi vida.


-Era una escape, digamos, a la realidad cruel que vivías en esos tiempos.

Pienso que si. Pienso que cuando era adolescente era una persona no afortunada en el amor. Entonces, creé dentro de mi mente al hombre ideal para mí, y en base a eso les inventaba cuentos a mis amigas. Las veía tan interesadas en relación a los cuentos que les inventaba que esto me motivaba. Tenía cuadernos de esos escritos. El problema es que no los pude conservar porque los dejaba en el aula, los escondía debajo de la carpeta para que la profesora no lo viera, o entre las paredes pues las separaciones eran de madera. Me dejaba llevar por mis emociones.


-Alguna anécdota que recuerdes en especial de aquellos momentos.

Escribí una historia, a los quince años, sobre un muchacho que me gustaba mucho. Tuve la mala suerte de contarle a una compañera. Esta compañera chismosa se lo llevo al chico. Cuando le fui a reclamar me contestó bien mal que hasta me tiró una patada que me saco sangre de la pierna, y aun ahora conservo la cicatriz.


-Alguna vez escribiste una novela, lo recuerdo muy bien, puedes comentarnos acerca de esa novela.

Claro, una de las pocas novelas que las tengo en la memoria. Era algo relacionado a una canción que me gustaba mucho de Gloria Estefan, ‘Los años que me quedan’. Esta novela se basaba en una mujer enamorada de un hombre divorciado. Un día pierde el rastro de él. Con el transcurrir del tiempo lo encuentra y se da con la mala noticia que él había perdido la memoria en un accidente. Entonces trata de hacerle recordar los momentos que habían vivido juntos. A medida que iban saliendo él la va recordando. De este amor ella sale embarazada. Al principio no quería molestarlo porque en el transcurrir del tiempo que no se habían visto y en el que había perdido la memoria este había regresado con su esposa. Ella trata de asumir sola la responsabilidad, como toda madre, de su bebe. Pero el embarazo era uno de riesgo y el medico le había dicho que tenia que elegir entre su vida y la del bebe porque al nacer ella iba a perder la vida. Es por ello que lo busca, y a raíz de esto surgen una serie de eventos, una serie de cosas. Seria muy interesante que lo volviera a retomar.


-Eso significa que todavía tienes intenciones de escribir.

Por qué no. Estoy atravesando ahora un momento muy difícil y le he escrito al hombre que amo una serie de poemas.


-Como una escritora que siempre se ha dejado inspirar por los momentos difíciles o felices que ha tenido en su vida, qué podrías aconsejarle a los nuevos escritores, los mas jóvenes, por supuesto.

Pienso que los grandes escritores, los actuales escritores y los futuros escritores escriben porque es algo que les viene de adentro. Es una forma de vivir, de expresar lo que sientes, lo que tienes, sea bueno o malo. Hay tantas formas. Hasta en el suelo podrías escribir. El que es escritor va a hacerlo donde sea. El escribir es una arte, y el que es escribe es un artista. Es igual que el pintor, que el que actúa, que el que canta. No cualquiera escribe porque no todos se llenan de eso que es tan especial. En mi caso, por ejemplo, que había pasado toda mi vida escribiendo un día dejé de hacerlo. Ahora que atravieso una gran pena por mi esposo he vuelto a escribir.


-Por ahí leí una vez que escribir es como la bicicleta, puedes dejar de practicarlo por un buen tiempo pero jamás se te va a olvidar montarla.

Por supuesto que no. Todas las personas, de alguna forma, tenemos vivencias y de eso es gran parte lo que planteas en tus textos. Claro también están las fantasías, y hay muchas personas que escriben con relación a la vida de otras. Como te dije, cuando era adolescente escribía en base las vivencias de mis compañeras.


-A Laura Gallego, una escritora española, le preguntaron una vez que le aconsejaba a los nuevos escritores. Ella les dijo que lean, que hay que leer las mismas cantidades de veces que se escribe.

En el tiempo de colegio tuve una profesora de literatura que me aconsejó que lea, que me identificara con alguno de los escritores de esa época. Con quien me sentí completamente identificada fue con Adolfo Bécquer, por sus poemas. Yo soy una persona que ha estado siempre enamorada del amor, de la belleza que está en el amor.


-Y escribir es una forma clara de amar.

Exactamente. Aunque existen diferentes géneros.


-¿Por qué dejaste de escribir?

No lo se. Simplemente lo dejé. Decirte que no tuve tiempo, no creo. Quizá me faltó un poco de estimulo, o de pronto seguridad en mi misma.



La esposa, la madre y la escritora.



María Salcedo Izquierdo nació en la Maternidad de Lima en el año 1956. Creció en el emblemático distrito de Barrios Altos. Estudió secretariado ejecutivo. Trabajó, primero, como secretaria para el fondo de empleados del banco de la nación y, posteriormente, como asistente de gerencia. Tuvo a su primera hija a los 28 años. Unos años después se casó. Desde entonces ha vivido preocupada porque las personas a quien ama sean felices.


Casi no recuerdo a mamá enojada, aunque sus explosiones, con tu permiso, mamá, son de temer. Quizá sea esa latente llama de poeta y escritora la que la lleva a mostrarse ante la vida con una pasión distinta a las demás. Será que quienes tienen la sensibilidad de entender las palabras responden con mayor impulso a los estímulos. No lo sé. Solo sé que mamá se ha preocupado tanto porque seamos felices y cumplamos nuestras metas que ha terminado por perder la paciencia. De todas formas, así muestra su amor por los demás: con vehemencia.

Es de las personas viven sacrificándose por el bien común, de las anfitrionas afiebradas, que desean que todos y cada uno de sus invitados pasen una velada inolvidable, coman mucho y rían espontáneamente. Recuerdo la casa llena de familiares, de amistades, festejando entre carcajadas y gritos nada en especial, solo el hecho de vivir y gozar la vida. Recuerdo a mamá preocupándose porque todo salga bien, porque regresaran a sus casas con una sonrisa. La recuerdo viviendo feliz, luchando en las caídas, sacando adelante a su familia, dándose nunca por vencida. Creo que ese carácter fue que hizo que tuviera una buena relación con papá. Ambos eran uno.


-Antes de ser escritora eres madre, qué nos puedes decir sobre eso.

Madre es un todo. Yo siempre he pensado que el amor es tan grande e inmenso que tiene principio pero no tiene fin. Las madres estamos en esta tierra para ser los ángeles de nuestros hijos, para guiarlos, para comprenderlos. Para ser madre no se estudia, se va aprendiendo en el camino, con sus errores y sus aciertos. Una madre tiene ser todo, su confidente, su amiga. La palabra madre encierra muchas cosas.


-Y a la par de escritora y madre eres esposa, ¿qué es ser esposa?

Ser esposa es ser parte de alguien más. Los esposos son dos personas que se conocen, que se casan pero que cuando forman el hogar son uno solo porque tienen que aprender a compartir todas las cosas que hacen en la casa, en la vida. El día que te casas dejas de ser dos para ser uno. Los dos están juntos y por ende van a pensar casi a la par. Y para ser esposa tienes que tener mucha comprensión. Posiblemente no hay ningún matrimonio que digan que son felices desde el primer año de casados. Muchos, tal vez, dirán que si lo fueron pero al cuarto o quinto año se separaron. Pienso que es al revés, que los primeros años del matrimonio es donde aprendes a conocer a tu pareja y él te llega a conocer. Es ahí donde las cosas se empiezan a complementar. Cuando llegas a viejo, y han compartido tanto, te das cuenta que lo amas con todas las fuerzas de tu alma, pese a muchas cosas que pudieron haber pasado. Lo importante es saber sobrellevar todo lo que viene en el matrimonio.


-¿Fuiste feliz?

Si. No puedo decir que lo he sido inmensamente, he tenido mis buenos momentos, mis malos momentos. Pero si he sido feliz.


-Si pudieras hablar de María Salcedo, qué dirías de ella.

Qué te puedo decir. Es una mujer con muchas cargas emocionales, muchos problemas, pero que siempre ha tratado de superarlos. En la vida uno cae, se sacude y sigue adelante.


-Conocemos tu etapa de niña, de madre, de esposa y de escritora. Pero no sabemos que hay en el medio…

Ha habido muchas cosas. He sido una mujer que ha amado mucho, que ha buscado siempre el príncipe azul. He sido de las que han soñado con él. Al final pienso que si lo encontré, que está a mi lado. Pero ahora está delicado de salud.



Terminé la entrevista sonriendo con las confesiones que me había dicho. Uno nunca termina de conocer a sus padres. Mamá, sin esperar, caminó al cuarto a ver a papá, si necesitaba algo. En medio de la entrevista me había parecido ver que una lágrima buscaba resbalar por su mejilla. Seguro que debía de estar enjuagándola. Amar tanto nos vuelve así. Ella es así.

Vuelve a escribir, mamá.