
Mis amigos más cercanos conocen muy bien mi fanatismo por el cine y la música. Saben que tengo una colección personal de distintos géneros cinematográficos y musicales. Aunque, claro, como buen melómano que se respeta, tengo mis favoritos. En orden colocaría al Rock –en cualquier rama: punk, hardcore, alternativo…-, Reggae y, por último, Pop. En el caso del celuloide las de acción se ubicarían en la cima de mis preferencias. Cabe mencionar que existe discrepancia entre algunos cinéfilos que señalan que el género de acción es uno solo y es estúpido meterlos en el mismo saco con las entregas de corte Épico o Western. Dicho esto, una película en especial superó mis expectativas alcanzando un alto nivel en ambas ambiciones, por llamarlo de alguna manera. Estoy hablando de la recientemente estrenada 'Sucker Punch: mundo surreal'.
No solo por la genialidad de sus realizadores, comandados por Zack Snyder, quien antes nos había traído '300' y, para mi criterio el mejor film de superhéroes, 'Watchmen', sino por el impecable trabajo visual que nos entregan, llevándonos a un mundo, efectivamente, surreal donde la imaginación y la lucha constante en pos de la libertad juegan un papel transcendental. Sucker Punch nos conduce a no solo una sino dos y tres realidades paralelas que confabulan en conjunto para realizar la soñada tarea de cumplir con las ambiciones. Entonces vemos a una Emily Browning –con el papel de la protagonista Baby Doll- luchando contra dragones, orcos, soldados zombies y demás criaturas fantásticas en ese tercer mundo que obliga a cobrar vida para sobrevivir a su segunda realidad: un prostíbulo en que es obligada a participar como bailarina. Sin embargo, como ya lo había señalado, es el segundo y tercer mundo creado por la mente de Baby Doll, apodada así al introducirse en aquellas realidades, como escape alterno a la primera realidad: ella en un manicomio. Luchando, por lo tanto, con tres mundos coexistiendo nuestra heroína encuentra la única manera de sobrevivir al caos: nunca rindiéndose.
En Sucker Punch vemos rostros conocidos y actuaciones que aprueban por encima de las expectativas. Pero es, para mi criterio, la intervención de Vanessa Hudgens la gran sorpresa del film. En su papel logra desprenderse por completo de la tierna y dulce Gabriella Montez del film de Disney ‘High School Musical’ para abrirle campo a la sensual y aguerrida Blondie. La vemos no solo repartiendo golpes, sablazos y matando con armas de última generación al buen estilo de Milla Jovovich y su eterna Alice de ‘Resident Evil’ a diestra y siniestra, sino también ese crecimiento actoral que sus fans –ahora ya no menores- han estado esperando. Vanessa, sin duda alguna, dejó a la adolescente para ser la atractiva mujer en la que se ha convertido.
No solo por la genialidad de sus realizadores, comandados por Zack Snyder, quien antes nos había traído '300' y, para mi criterio el mejor film de superhéroes, 'Watchmen', sino por el impecable trabajo visual que nos entregan, llevándonos a un mundo, efectivamente, surreal donde la imaginación y la lucha constante en pos de la libertad juegan un papel transcendental. Sucker Punch nos conduce a no solo una sino dos y tres realidades paralelas que confabulan en conjunto para realizar la soñada tarea de cumplir con las ambiciones. Entonces vemos a una Emily Browning –con el papel de la protagonista Baby Doll- luchando contra dragones, orcos, soldados zombies y demás criaturas fantásticas en ese tercer mundo que obliga a cobrar vida para sobrevivir a su segunda realidad: un prostíbulo en que es obligada a participar como bailarina. Sin embargo, como ya lo había señalado, es el segundo y tercer mundo creado por la mente de Baby Doll, apodada así al introducirse en aquellas realidades, como escape alterno a la primera realidad: ella en un manicomio. Luchando, por lo tanto, con tres mundos coexistiendo nuestra heroína encuentra la única manera de sobrevivir al caos: nunca rindiéndose.
En Sucker Punch vemos rostros conocidos y actuaciones que aprueban por encima de las expectativas. Pero es, para mi criterio, la intervención de Vanessa Hudgens la gran sorpresa del film. En su papel logra desprenderse por completo de la tierna y dulce Gabriella Montez del film de Disney ‘High School Musical’ para abrirle campo a la sensual y aguerrida Blondie. La vemos no solo repartiendo golpes, sablazos y matando con armas de última generación al buen estilo de Milla Jovovich y su eterna Alice de ‘Resident Evil’ a diestra y siniestra, sino también ese crecimiento actoral que sus fans –ahora ya no menores- han estado esperando. Vanessa, sin duda alguna, dejó a la adolescente para ser la atractiva mujer en la que se ha convertido.
Mención aparte merecen las inseparables compañeras de Baby Doll y Blondie, Sweet Pea – Abbie Cornish-, Rocket– Jena Malone – y Amber– Jaime Chung -, por el importante papel que juegan a lo largo de la entrega y esas escenas de acción y drama en las que sus personajes logran toda nuestra atención.
Así como la trama y la propuesta visual que ofrece la película es espectacular, la música ocupa un cargo igual de importante. Es más, Baby Doll consigue transportarse a ese tercer mundo de guerra y libertad gracias a la influencia de la música por lo que separarla de la aventura, el drama y la pasión que desarrolla sería imposible. Todos cumplen su función. Covers de The Beatles, Roxy Music, Eurythmics, y otros artistas y temas un tanto olvidados, son adaptados a diversos estilos para lograr encajarlos conforme exija la escena.
‘Sucker Punch: Mundo Surreal’, una película imperdible, que asegura a la salida de la sala del cine el corazón latiendo a mil por hora. No se arrepentirán.